miércoles, 4 de noviembre de 2009

Córdoba – 4 de noviembre de 2009


Ancianos Abandonados: ¿Quién se hace cargo?


“…En las sociedades primitivas los ancianos eran venerados por su sabiduría y conocimiento de la naturaleza, sus consejos eran escuchados y seguidos sin rechistar, ellos eran el ejemplo para los más jóvenes”. (Fundación De Mujer a Mujer)


A medida que los años han ido pasando, nuestra sociedad se ha vuelto cada vez más individualista y egoísta. Valores, creencias y costumbres han ido sufriendo transformaciones; y en este proceso quienes han padecido las consecuencias han sido quienes menos lo merecían.

Ancianos de todo el país son abandonados por sus familias y los lugares en donde se encuentran varían de acuerdo a la situación económica familiar o al interés o desinterés del Estado. Algunos son llevados a asilos, otros a refugios, otros son trasladados de los hospitales por un trabajador social a un hogar solidario o a alguna iglesia, otros simplemente se quedan en la calle.

En un sondeo llevado a cabo el Lic. David Zolotow, Corresponsal de la Red Latinoamericana de Gerontología por Argentina, a mediados del 2001, trata la cantidad de Hogares de Ancianos en Argentina, la población internada y la evolución de esta modalidad en los últimos años.

En esta tabla se puede observar el porcentaje de abuelos mayores a 60 años a lo largo de 6 décadas.

Años

Población total.

Población de 60 y más.

Porcentual de mayores de 60 y más

1950

17.160.336

1.207.209

% 7.03

1960

20.616.009

1.819.868

% 8.82

1970

23.962.313

2.572.655

% 10.7

1980

28.113.507

3.344.809

% 11.8

1990

32.546.518

4.204.102

% 12.9

2000

36.647.798

4.929.840

% 13.4

2010

40.755.076

5.853.301

% 14.3

A lo largo de los años el porcentaje de adultos de tercera edad ha crecido, y como consecuencia el porcentaje de abandonados también, con la diferencia que la expectativa de vida de los ancianos marginados es cada vez mas baja.

En una página extraída de Internet, una coordinadora de la Unidad de Servicio Social del Hospital chileno Barros Luco, Laura Silva dice que “el adulto mayor es imprescindible mientras sirve a su familia, apoya las labores de la casa y cuida a los niños. Pero cuando dejan de ser autovalentes por alguna enfermedad que va a requerir el apoyo de sus seres queridos, la familia ya no quiere tenerlo en casa ni hacerse cargo de él de otra manera”.


ANTE ESTO…

¿Qué se hace?


Hay personas a quienes les resulta indiferente la situación de los abuelos abandonados, pero hay otras que han creado instituciones especiales para brindarles asilo y protección, como es el caso de los geriátricos, las residencias para mayores, hospitales – que luego los derivan a instituciones – y los hogares sin fines de lucro que funcionan únicamente por donaciones.

La diferencia entre un lugar y otro reside entonces en el motor que los mueve para llevar a cabo esta obra.


CON O SIN FINES DE LUCROUN SOLO OBJETIVO




Los geriátricos por ejemplo, tienen como objeto generar ganancias con la estadía de estos abuelos en sus predios, pero éstos son los casos de ancianos que no son abandonados directamente porque cuentan con un familiar que se ocupe de los gastos del servicio brindado, es decir, cuentan también con una posición económica determinada que les facilita la posibilidad de acceder a este tipo de viviendas.

Otros casos, como los hogares y asilos para ancianos abandonados funcionan únicamente por las donaciones otorgadas por algunos solidarios que se preocupan por personas mayores que han sido abandonadas por sus familias y no tienen donde vivir.

Tanto en hogares solidarios sin fines de lucro como en aquellos con fines de lucro (y salvando las diferencias que saltan indefectiblemente por esa característica) se ocupan de la alimentación, atención medica, vestimenta y bienestar general de los adultos mayores, y mas importante aun, les brindan un techo para vivir.

Pero, esta responsabilidad ¿es netamente de quienes de alguna u otra manera quieren colaborar con las personas de tercera edad, o el Estado también se ocupa de ellos?

Según una nota publicada en el 21 de abril de 2008 por el diario La Nación, la ayuda estatal esta presente al momento de definir el paradero de los abuelos abandonados, Ricardo Fábrega, subsecretario de Redes Asistenciales, explica que cada hospital público tiene determinados contactos para hacer regresar a la familia a los pacientes egresados. Cuando no se encuentra una red familiar o si esta rechaza al paciente -dice- los centros hospitalarios deben recurrir a organismos no gubernamentales que acogen a los adultos mayores abandonados...” “…El hospital apoya al paciente incluso cuando fallece, con dineros de la institución y con ayuda de la municipalidad. Se apela al INP para saber si tiene algún derecho de sepultura. Entonces se coordina el cementerio más cercano al centro hospitalario”


La pregunta ahora es…El Estado ¿cumple con esta tarea o no?


Según la ley 535, el estado tiene como obligación “promover al bienestar y tranquilidad de la vejez a través de medios de subsistencia adecuada, vivienda digna, asistencia médica, e integración social, recreativa y educativa

Lamentablemente en Argentina, esta función del estado se cumple irregularmente. No cuenta con institutos para acoger a ancianos abandonados, sino con asilos donde los reciben momentáneamente y les proveen de los elementos necesarios para que subsistan por un tiempo. Pero luego los derivan a fundaciones, iglesias, y otras instituciones no gubernamentales para que estas se hagan cargo y es allí cuando surge la problemática del abastecimiento de dichas instituciones para que estas personas reciban las condiciones de vida adecuadas y merecidas por cualquier ser humano.

En nuestra cuidad, un grupo de ancianos que viven en un hogar estatal, realizó una protesta ante la falta de atención por parte del gobierno municipal.

”La razón es que la Municipalidad dejó de pasar pañales, el dinero no es suficiente y hasta existen posibilidades de que se clausure el lugar ante la escasez de recursos (lo cual sería una locura: hay ancianos que quizás podrían volver con sus familias, pero la gran mayoría explica su estadía en el lugar debido al abandono de sus familiares o por carecer de ellos)…” “…La huelga tiene sentido, y en ella no sólo participan los municipales, sino también los viejitos.”

…”Yo no tengo que usar pañales, pero muchas de mis compañeras sí. Por eso estamos ahí con los bombos, las palmas… porque esto no puede ser, lo necesitamos”, explica María, miembro del Hogar Padre Lamónaca que cuenta angustiosa en una nota realizada por “Sos Periodista” el 11 de noviembre de este año, cómo viven y cómo se sienten a raíz de la indiferencia recibida por el estado ante la falta de elementos para poder vivir “Con la plata que nos pasan no nos alcanza, no se puede estar así”, agrega Rafael””

Estamos ante una mezcla de ingratitud, decadencia, ignorancia e indiferencia social en lo que respecta al bienestar de los adultos mayores. Ya no se los respeta, no se los cuida. Solo unos pocos, con mucho esfuerzo y cariño dedican las horas de su vida a regalarle una sonrisa a los más necesitados. Solo unos pocos. Entonces, modificamos la pregunta:

ANTE ESTO…¿QUÉ PODEMOS HACER?




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